Duermes poco, no descansas, no te recuperas y deterioras tu calidad de vida. Con estos hábitos harás tu sueño saludable y grato
Cada vez duermes menos horas, tal vez en condiciones que te impiden descansar y recuperarte. Por si fuera poco, tu recámara ha pasado de ser el lugar donde dormías, a un ambiente de lectura, estudio, trabajo, televisión, música, entretenimiento y sexo.
Descansar menos deteriora tu calidad de vida, reduce tu productividad laboral y aumenta el riesgo de sufrir problemas físicos y psicológicos y accidentes de tráfico, laborales y domésticos.
Según explica el Neurólogo Diego García-Borreguero, “hay estudios que confirman que en los países industrializados se ha reducido la cantidad de horas de sueño”. Esto se debe principalmente a la luz artificial, que te hace prolongar por más horas las actividades, mantenerte activa hasta antes dormir, y no te permite desacelerarte para conciliar el sueño.
Los enigmas de la almohada
• Nadie puede aguantar más de 48 horas seguidas sin dormir nada.
• Dormir es tan importante para la salud, que podrías morir por falta de sueño antes que por falta de alimento.
• Los cambios del sueño afectan al sistema respiratorio y al cardiovascular.
• La mortalidad es más alta en quienes duermen muy pocas horas.
• Más del 30% de los adultos sufre alteraciones del sueño; las más frecuentes son el insomnio, el sonambulismo y la excesiva somnolencia durante el día.
• No existe un número ideal de horas de sueño; a algunas personas les bastan cinco horas para sentirse descansadas y otras necesitan el doble de tiempo.
Duermes menos y peor
El ritmo biológico se rige por la luz solar y el sueño se sincroniza con la oscuridad. Al permanecer despierta mucho más tiempo, afectas tu calidad de sueño y le creas trastornos a tu reloj interno, afectando tus procesos fisiológicos y psicológicos. “El sueño no es una etapa inactiva de reposo, sino un estado de gran actividad, donde se llevan a cabo cambios hormonales, metabólicos, térmicos, bioquímicos, mentales y de memoria, fundamentales para tu funcionamiento durante el día”, señala García-Borreguero.
Ejercicio, respiración y relax
“No hay duda de que la calidad del sueño influye en la calidad de vida”, señala el experto en hipnosis, José María Doria, quien además te da estos consejos para dormir mejor:
• Evita el sedentarismo. Acuéstate cansada mental y físicamente. Haz ejercicio unas horas antes de dormir, pero nunca poco antes. El sexo también es un excelente incitador del sueño.
• Apaga tu cabeza agitada. Antes de cerrar los ojos, siéntate en la cama y mantén una respiración lenta y profunda. Haz 40 respiraciones, inhalando y exhalando por la nariz. Es un buen recurso para calmar tu mente inquieta.
• Cuida los últimos pensamientos. Vete a la cama libre de preocupaciones, miedos, tensiones o pensamientos negativos que influyan en la calidad del sueño. Para lograrlo, en vez de ver televisión, mantén una conversación relajante, escucha música suave o lee algo tranquilo.
Conquista a Morfeo
Según la OMS sólo el 10% de quienes sufren insomnio acude a consulta médica, y únicamente el 5% es correctamente diagnosticado. Cuando sufres insomnio, durante el día te sientes cansada, somnolienta, de mal humor y con dificultad para concentrarte. Pero además tienes más probabilidades de padecer depresión, ansiedad, hipertensión y enfermedades crónicas. Prevén y alivia el insomnio y otras alteraciones del sueño con estas medidas del Neurofisiólogo José Ramón Valdizán, eficaces para ayudarte a conciliar el sueño naturalmente, dormir mejor y vivir más:
• Duerme en una habitación bien ventilada, pero evita el exceso de frío.
• Elimina del ambiente cualquier molestia como ruidos o exceso de luz.
• Es muy importante dormir en un colchón adecuado.
• No te acuestes con hambre, ni después de una comida muy pesada; cena dos horas antes de irte a dormir.
• No consumas café, té, refresco, alcohol, tabaco ni cacao antes de dormir.
• Evita las discusiones antes de acostarte.
• No te lleves los problemas a la cama.
• Practica ejercicio moderado.
• Antes de dormir, ve desacelerando tu actividad, no hagas tareas que requieran mucha concentración, ni trabajes hasta última hora.
• Mantén horarios regulares de alimento, ejercicio y sueño.
• Evita las siestas o no las hagas de más de media hora.
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