lunes, 3 de noviembre de 2008

Mentiras de la hipnosis

Última actualización 22/08/2008@08:37:22 GMT+1
Las investigaciones han terminado con el misterio que envolvía desde los tiempos más remotos a la hipnosis. Hoy en día, la ciencia moderna ofrece una clara explicación de cómo obra, pero aún así, todavía existe un sector de la opinión pública que asocia la palabra hipnosis con una larga y desagradable historia de tabúes y miedos.
Después de dos siglos de historia, la hipnosis ha liderado la gran revolución de las psicoterapias a pesar de la oposición que encuentra. Sin embargo en la actualidad no sólo es una herramienta indispensable para muchos médicos y terapeutas, sino que también está siendo utilizada en investigaciones de tipo parapsicológico.

La mente humana opera sobre dos planos diferentes: el consciente y el subconsciente. Normalmente ambos funcionan juntos, aunque es la parte consciente la que toma las decisiones en un estado de vigilia. Es a través de ciertas técnicas –de sugestión– cuando el hipnólogo o terapeuta accede a dialogar con el subconsciente. Para llegar a la raíz de los problemas, bien sean traumas, miedos, fobias, etc, es necesario que el consciente esté inhibido, dejando que afloren los recuerdos instalados en el subconsciente. Generalmente, nadie es capaz de recordar acontecimientos de la primera infancia, sobre todo cuando se trata de lugares y fechas. Pero estos recuerdos no están completamente perdidos. Han quedado fielmente almacenados en nuestra memoria subconsciente, y mediante unas técnicas adecuadas, es posible rescatarlos.

Bajo estado hipnótico, a diferencia de lo que sucede cuando dormimos, el sujeto está plenamente consciente de dónde se encuentra y obra según las sugestiones del hipnotizador. Al finalizar la sesión, el paciente en la mayoría de los casos es capaz de recordar todo aquello que ha sucedido; sólo en el supuesto de que exista una sugestión post-hipnótica –es decir, una orden para ser realizada una vez finalizada la hipnosis– el paciente olvidará de forma consciente lo sucedido. Aún así, el contenido de toda la sesión queda registrado en el subconsciente, de modo que si el sujeto es hipnotizado de nuevo, él mismo podrá recordar lo que aconteció en la sesión anterior.

Qué se puede hacer, y qué no

¿Cualquier persona es hipnotizable? Ser hipnotizado de ningún modo se relaciona con ser débil. De hecho, las personas mentalmente deficientes ofrecen serios problemas para ser hipnotizadas ya que su grado de concentración es muy limitado. Un ejemplo de ello es que los esquizofrénicos no pueden alcanzar un estado de trance. Otros factores que influirán son la motivación y la predisposición. El miedo y la resistencia impedirán el “dejarse ir” que es necesario para que las sugestiones del tera-peuta hagan su efecto.

Otro “fantasma” de la hipnosis es el miedo a entrar en trance y no poder salir de él si el terapeuta sufriera algún percance o incluso falleciese. En esos casos el proceso de la mente llevaría al paciente de un estado hipnótico a un sueño fisiológico. El resultado final sería similar a despertarse después de haber dormido una siesta.

La hipnosis no es un “curalotodo”; por sí misma no cura. Los resultados que se han obtenido están basados totalmente en un deseo de cooperación por parte del paciente. Lo que cura es simplemente la comprensión del problema, tan necesaria en toda terapia exitosa.

Una de las concepciones erróneas más extendidas es que una persona puede ser capaz de decir o hacer cosas que no desea permaneciendo bajo trance hipnótico. Es necesario comprender que el subconsciente es muy protector, y por lo tanto, la resistencia a realizar actos que están en contra de su naturaleza es muy grande. Tanto, que si se forzara a la persona a ejecutarlos, eludiría la orden o saldría del trance espontáneamente. Los experimentos efectuados por los investigadores para esclarecer este punto, han llevado al convencimiento de que sólo las personas con inclinaciones innatas para infringir la ley, pueden realizar bajo hipnosis actos reprochables.
¿Es posible efectuar una regresión a la infancia? Si una experiencia vivida que permanece en el subconsciente causa problemas en el presente, la regresión puede ser útil para retroceder en el tiempo y mirarlo desde el punto de vista actual. Usando “técnicas de descubrimiento” que interrogan al subconsciente, el paciente está realmente en la experiencia y puede estudiarla con o sin implicación emocional. A través de este método, el miedo, el dolor, la culpa o la ira que ha sido “encerrada” durante tanto tiempo, puede ser liberada con gran alivio.