domingo, 2 de agosto de 2009

HAY UN CONDÓN EN MI SOPA


Zdenek Philip Hodousek, de 50 años, estaba comiendo su sopa francesa de cebollas en la localidad de Mission Viejo, Condado Orange. "Inesperadamente encuentra un elemento extraño en su boca y al principio creyó era queso duro. Como no lo pudo masticar lo escupió en una servilleta", relata la demanda. Su esposa en ese momento exclamó "mi Dios es un condón".

La demanda por negligencia fue presentada contra la cadena de 64 restaurantes, Claim Jumper, y contra cualquiera de los proveedores asociados en la fabricación de la sopa. Hodousek vomitó una vez en el restaurante y otra en el estacionamiento "y desde ese momento ha tenido incontables noches de insomnio y extrema preocupación acerca de las enfermedades que pudo haberse contagiado".

El condón fue sometido a una prueba de ADN pero hasta el momento la firma de restaurantes no facilitó las condiciones para tomar muestras a sus empleados.


LE INJERTARON LA OREJA EN EL TRASERO


ulia Schwarts se peleó con su (ex) mejor amiga por un novio. La lucha fue tan feroz que Michaela Bohn le arrancó a Julia la oreja de un mordisco. La cuestión fue que esa parte de la cara estaba tan perjudicada que los médicos no podían coserle la oreja de inmediato.

En busca de una solución para que el costado de la cabeza de Julia sanara y a la vez la oreja no se descompusiera durante la espera los médicos de Colonia, Alemania, se la implantaron temporalmente en una nalga.

Una vez que la cara sanó los doctores se la reubicaron en el domicilio tradicional de las orejas. Ahora sí, los médicos están confiados de que la cabeza de Julia no la rechazará.

A pesar del esfuerzo y la creatividad del equipo médico la mujer les inició acciones legales. "Mi cliente ha sufrido un enorme stress emocional. Temía salir de la casa por su desfiguración hasta que se la recolocaron", declaró su abogado Reinhard Birkenstock.