lunes, 18 de mayo de 2009

Terrores nocturnos, un trastorno peor que las pesadillas

Estos despertares abruptos no deben confundirse con las pesadillas, que constituyen otro tipo de trastorno menos preocupante. Lo normal es que los afectados por los terrores nocturnos, una vez despiertos, no recuerden nada de lo ocurrido y vuelvan a dormirse plácidamente aunque también hay casos extremos en que los episodios se repiten hasta tres veces en la misma noche.

Lo habitual es que este tipo de trastorno se manifieste en el primer tercio del sueño y se prolongue por espacio de entre 1 y 10 minutos.

Según el catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid, doctor Juan José López-Ibor Aliño, estos episodios van acompañados de "activación vegetativa y manifestaciones de comportamiento de miedo intenso".




Las pesadillas, por el contrario, suelen darse en el último tercio del sueño -entre las cuatro y las seis de la madrugada- y quienes las padecen las recuerdan con todo lujo de detalles después de despertarse. Además, el nivel de activación vegetativa y motora no es tan acusado como en los terrores nocturnos.



MEJOR DEJARLES

La experiencia clínica indica que no es aconsejable tratar de despertar o de calmar a los afectados por los terrores nocturnos en pleno proceso, pues puede prolongarlo en lugar de detenerlo. Es mejor dejarles hasta que el episodio concluya.

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Además de que los que padecen este trastorno no suelen recordar las imágenes -o solo de manera fragmentada- que motivaron esta situación de terror, los expertos constatan que a la mañana siguiente muchos de los afectados se encuentran físicamente como "si les hubieran dado una paliza o mantenido una dura pelea".

Las repercusiones de estos padecimientos en mitad de la noche tienen consecuencias negativas tanto en la actividad escolar o laboral del individuo como en sus relaciones sociales.

Existen casos en que los terrores sobrevienen como consecuencia de un acceso previo de fiebre, de una falta de sueño, de los efectos secundarios de una medicación o de la ingesta de estupefacientes, y a veces coinciden con episodios de sonambulismo.

Pero los terrores y el sonambulismo no deben tampoco confundirse aunque la diferencia entre ambas manifestaciones no quede muy clara a ojos de algunos padres o tutores.

La manifestación más habitual consiste en que el afectado por este trastorno se sienta en medio de la noche en la cama y empieza a gritar o a llorar, mostrando una expresión facial de terror y signos vegetativos de intensa ansiedad como taquicardia, enrojecimiento, sudoración, dilatación de las pupilas y aumento del tono muscular.

Este problema psíquico puede resultar muy problemático en el ámbito social para determinadas personas, que tratan de ocultarlo de mil maneras.

En consecuencia, se resisten a ir de acampada, a pasar la noche en casa de unos amigos o incluso a dormir con su pareja en la misma cama.


ADULTOS MÁS AFECTADOS

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A pesar del alarmismo que este tipo de manifestaciones pueda representar para padres de hijos pequeños poco acostumbrados a ellas, los inventarios clínicos revelan que los infantes con terrores nocturnos no presentan una mayor incidencia de trastornos mentales o psicopatológicos que la población general.

Según el psiquiatra del Hospital Clínico de Barcelona y psicobiólogo, doctor Manuel Valdés Miyar, este tipo de cuadros patológicos se asocian más frecuentemente a terrores nocturnos en los adultos. Y un grupo de riesgo es el que se ha visto afectado previamente por estrés postraumático o ansiedad generalizada.

En los casos más acusados, los adultos con terrores nocturnos pueden presentar trastornos de la personalidad y suelen ser proclives a la depresión, aunque los expertos reconocen que esta problemática está aún poco estudiada.

No hay constancia tampoco de la relación entre este trastorno y el contexto cultural del individuo que lo presenta aunque hay evidencias de parejas de gemelos afectadas por el síndrome y de personas con antecedentes familiares de primer grado.

Tampoco existe hasta el momento un tratamiento médico específico para este tipo de trastorno aunque tanto la medicación para atajar los procesos febriles o la terapia psicológica pueden lograr efectos preventivos.

Muchos individuos presentan episodios ocasionales de terrores nocturnos en algún momento de su vida.

La diferencia entre episodios aislados y los terrores nocturnos como trastorno reside en la aparición de carácter recurrente, en la intensidad, en el malestar clínicamente significativo o en el deterioro de las actividades del individuo, resalta el experto.

Aunque el problema puede presentarse a edades más tempranas, el doctor Valdés Miyar indica que suele iniciarse en los niños con edades comprendidas entre los 4 y los 12 años, y que remite espontáneamente en la adolescencia. Por lo que se refiere a los adultos, lo más frecuente es que los terrores nocturnos aparezcan entre los 20 y los 30 años de edad y con una secuencia crónica de altibajos, aunque también pueden aparecer en noches consecutivas.


CAMBIO CLIMÁTICO

Por otro lado, el responsable de la Unidad del Sueño de Valencia (este de España), Gonzalo Pin, aseguró a Efe que el aumento de las temperaturas por el cambio climático puede provocar trastornos del sueño que llevan a los afectados a estar más irritables.
Pin considera que el ser humano "interacciona por su medio ambiente", por lo que el cambio climático puede tener "repercusiones importantes" en las alteraciones del ritmo del sueño, incluidos los terrores nocturnos.

"Cuando la temperatura ambiental desaparece de sus órdenes normales, la calidad del sueño se modifica, ya que hay una menor fase reparadora y un incremento de despertares cerebrales de los que la persona no es consciente", explicó.

Esta circunstancia, según el experto, provoca una pérdida de sueño que, a corto plazo, puede llevar a los afectados a presentar irritabilidad, inquietud, disminución del rendimiento, apatía, síntomas depresivos, cefaleas y accidentes, entre otras repercusiones.

En el caso de los niños, con la falta de sueño algunos de ellos pueden mostrar cambios cognitivos y conductuales similares al trastorno por déficit de atención por hiperactividad, como el no prestar atención, moverse y hablar en exceso, no seguir las normas o tener estallidos de cólera y rabietas.



8 comentarios:

Alejandro dijo...

Hola, me gustaria saber que puedo hacer para disminuir mis pesadillas. Soy sonámbulo y a parte de eso, tengo muchos episodios de terrores nocturnos. Anoche pasé por una crisis y en medio de mi pesadilla salí lastimado con varios objetos de mi habitación y de la sala. Agradezco de antemano la ayuda que me puedan brindar.

Anónimo dijo...

Que tal Alejandro.

Yo tambien sufro de terrores nocturnos, y algunos otros trastornos del sueño, en realidad no es mucho lo que pueda hacerse, pues es un area poco estudiada. Sin embargo varios Psicolog@s han coincidido, en decirme de 3 maneras de prevenir dichos sucesos.

Una ducha caliente antes de dormir, tranquiliza bastante.

Meditacion antes de dormir, en donde se relajen los musculos de todo estres y se tranquilicen los penasmientos.

Por ultimo al dormir, imaginar algo verdaderamente relajante, como estar viajando por un campo, o algo que de verdad relaje.

Las medicinas solo empeoran los sintomas.
No toda la musica que se conseidera relajante sirve.
El trasnocho y dormir con el estomago lleno son una invitacion a un episodio de estos.

Espero te sea util esta info, es de verdad algo que puede servir, solo se debe ser muy constante, y te digo que personalmente me ha sido dificil.

Anónimo dijo...

hOlA,anoche tuve un episodio en la que estaba dusrmiendo, me despierto y habia alguien,una sombra pero no podia ver su rostro.algo me impedia moverme o hablar o gritar... y senti mucho miedo. me paso antes pero hoy me asuste mucho. me gustaria saber si es terror nocturno o solo una pesadilla. y si tiene que ver con algun trauma de la infancia

Anónimo dijo...

Ola buenas. Llevo dos meses teniendo unos terrores nocturnos muy serios. En todos ellos asesinan a gente cercana a mi o incluso a mi misma. Son sueños muy desagradables con mucha sangre. En todos ellos soy consciente de que estoy dormida e intento moverme para despertarme pero no lo consigo. Tenso muchísimo la cara, por lo que me duele cuando me despierto, que generalmente suele ser llorando. Luego durante todo el día tengo esos malos recuerdos en la cabeza. son muy cortos, pero hacen que me maree y tenga mucho miedo, ademas de que sudo mucho por nerviosismo ese día. ¿Alguien podría decirme por qué me pasa esto?

Anónimo dijo...

hola mi nombre es Marielos tengo 21 años y desde siempre e padecido de sonambulismo y terrores nocturnos... me preocupa mucho el que siempre que logran despertarme de el estado de terror mi corazon duele mucho y la verdad que tengo mucho miedo de que pase a algo mas... esto sigue siendo normal del mismo trastorno o tendria que ver a algun medico.. gracia!!!!

Anónimo dijo...

Hola, la verdad s q describes unos episodios fuertes... Mi opinion s q acudas a un medico q t mande pruebas del corazon ademas de acudir a un psicologo q t guie xa afrontar los terrores. Yo ultimamnt stoy teniendo terrores casi cada noche a lo largo d la ultimas 2 semanas y cada dia m dspierto mas cansada y triste, ya he pensado en acudir al psicologo pero m falta tmpo. Bueno, voy a intentar dormir d nuevo, un saludo y animo

Anónimo dijo...

Hola, pues yo me uno al club de sufridores de terrores nocturnos. Hace ya tiempo que solía gritar o hablar fuerte por la noche, por supuesto yo no me enteraba hasta que mi madre me decía que no veas la que tenias liada!!

También he solido patalear en la cama fuertemente o dar algún golpe con la mano. Pero lo peor que me ha pasado hasta ahora es que hace unas noches me gire y sentí un presencia o algo al lado mía, entonces empece a patalear y gritar con tanta fuerza que golpee la mesita de noche lanzándola contra la pared y haciendo su correspondiente agujero en la pared del choque, luego seguí golpeándola hasta que mi novia se despertó e intento calmarme y encendió la luz. El problema es que al despertarme recordé ese terror que estaba viviendo y estuve casi 20 minutos ausente, mirando toda la habitación porque seguía creyendo que había alguien. Cuando volví un poco en si pues me vino un fuerte dolor en el pie el cual lo tenia magullado y con un moratón de cuidado. Resultado para urgencias y pie vendado por fuerte inflamación, reposo y consejo medico "amárrate las piernas cuando duermas :)"

En fin otra noche mala, pero con recompensa porque mirar la cara del doctor cuando le dije que me había atacado mi mesita de noche repetidas veces en mi pie a las 2 de la noche, no tiene precio!!

un saludo

Anónimo dijo...

Después de leer sus comentarios no me siento tan sola :), yo también los padezco desde que tengo uso de razón y ahora tengo 40 años. Varían dependiendo del stres que tenga. Siempre veo alguien que me quiere hacer daño y el terror puede llegar hasta querer saltar de un segundo piso (en verdad) por el terror de ser atrapada. Los episodios comunes son despertarme entre 2 y 6 veces en una noche, efectivamente a la mañana siguiente no recuerdo mucho, solo sé que estuvo fatal la noche por el gran cansancio. He llevado terapia psicológica por mucho años y jamás se me han quitado, mas bien he aprendido a vivir con ellos. Lo que realmente me preocupa es lo que fisiológicamente esas reacciones de gran miedo tan repetitivas, provocan a mi organismo, principalmente en mi cerebro. He pensado en acudir a una clínica de sueño para ver si hay algo que hacer.