domingo, 26 de julio de 2009

Tener objetivos alarga la vida


Tener una meta, un objetivo por cumplir puede ser un factor importante para que una persona viva más tiempo.
La idea no es novedosa, lo es el que un estudio científico realizado en Chicago, Estados Unidos, aportara evidencia al respecto, a través de un seguimiento hecho por tres años a un grupo de mil 238 adultos mayores.

Al iniciar la investigación, se les hizo a los participantes preguntas para determinar el significado que daban a su vida, y si estaban trabajando en algún proyecto o con el fin de alcanzar alguna meta.
Quienes mostraron un mayor compromiso tenían la mitad de riesgo de morir durante el periodo del seguimiento del estudio.

La edad promedio de los participantes era de 78 años. Ninguno sufría de demencia cuando empezó el estudio, aunque sí podían presentar otras enfermedades.

La investigación encontró que ese propósito que alarga la vida no necesariamente era tan ambicioso como lo sería escribir un libro o participar en una maratón. Podía ser algo muy sencillo, desde asistir a la graduación de un nieto, hasta querer leer una serie de libros, según lo explicó la autora del estudio Patricia Boyle, neuropsicóloga del Centro Rush de la Enfermedad de Alzheimer.



Las conclusiones de la investigación se publicaron en www.psychosomaticmedicine.org.
Hace poco otra investigación encontró que los jubilados mayores de 65 años que se ofrecían como voluntarios tenían menos de la mitad del riesgo de muerte durante un periodo de seguimiento de unos cuatro años, frente a sus pares que no ofrecían su tiempo como voluntarios.

El objetivo de la vida. El proponerse metas no es una costumbre que se adquiere después de la
jubilación.

En la adolescencia cada persona empieza a esbozar su proyecto de vida, opina Alcira Tejada, vicedecana de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Panamá y quien ha trabajado con adultos mayores.

“Los adolescentes visualizan su vida y conforme cumplen años agregan metas: su graduación de secundaria, la universidad, el trabajar, especializarse, casarse o tener pareja, una casa, hijos, un carro, viajar... escribir un libro, jubilarse”.

A medida que las hojas del calendario caen, empieza el desapego porque nos jubilamos, mueren nuestros amigos, familiares esposa o esposo. Y algunos, aunque no lo digan en voz alta, sienten que al envejecer solo queda morir.
Y es esa pérdida del sentido de la vida, ese desgano, el que en parte propicia el declive de la
salud.

Más no es mejor. Los avances de la medicina permiten que la vida sea cada vez más larga.
Mientras que las edades de jubilación están en 57 para las panameñas y 62 para los panameños, la esperanza de vida en Panamá es de 73 años. Hasta 75 en las áreas urbanas.
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Las amistades y los familiares constituyen una red social de apoyo sobre todo en los tiempos difíciles.

Vivir más, no garantiza vivir mejor, este aspecto hay que trabajarlo, ganárselo.
Según Tejada, todas las etapas por las que pasa una persona son importantes para encontrar el sentido de la vida. Esto puede ser más sencillo si la persona se conoce y está dispuesta a aprender.

“Crece el cuerpo, crece la mente. Entre mejor usamos nuestro cuerpo (actividad física, alimentación adecuada), mejor podemos cumplir todos los proyectos. Así mismo, es importante ejercitar la memoria para disminuir el riesgo de demencias seniles a tempranas edades”, agrega.
Son cuatro los aspectos a tener en cuenta cuando se habla de una vida más larga pero de calidad, y según el doctor Josué Morales, especialista en medicina interna y Geriatría, estos aspectos deben empezar a cultivarse a temprana edad:
La salud: Los panameños están llegando a la tercera edad con al menos dos enfermedades crónicas, las más comunes son hipertensión y diabetes, en ambas la obesidad es un factor importante. Esto significa que son condiciones que en muchos casos se pueden prevenir.
Las personas que tienen buenos hábitos (no fuman, no beben y evitan condiciones de riesgo) están haciendo una inversión para su vejez.

Las consecuencias de estas enfermedades crónicas es que a la larga discapacitan a la persona, quien se hace más dependiente de su familia y necesita más dinero para atenciones.
Actividad física: Cuanto mejor condición física se tenga en la juventud, mejores condiciones se tendrá en edad de adulto mayor.

El ejercicio no solo disminuye el riesgo de contraer enfermedades, sino que ayuda a las personas a estar fuertes para manejarse por su cuenta por más tiempo, esto significa independencia, un valor que se aprecia más que nunca cuando se es adulto mayor.

Economía. La jubilación se calcula tomando en cuenta los últimos salarios del trabajador. Por lo tanto, entre más años vive una persona jubilada, menos poder adquisitivo tiene, porque su último salario es de hace 20 años. Sumado a eso, no hay una cultura de ahorro.

Redes sociales: ¿A cuánta gente quiere usted? ¿Cuánta gente le quiere? ¿Quiénes están dispuestos a ayudarle? Con estas preguntas uno puede darse cuenta de cuán fuerte son sus redes sociales.
La mayoría de los cuidados de una persona mayor no los realiza una enfermera o un doctor en el hospital, sino los familiares en el hogar. Por eso es importante una fuerte red social.

Llegado el momento de la jubilación, todos estos aspectos se deben seguir atendiendo:
administrando sus ingresos, manteniendo una dieta saludable, y seguir estrechando sus lazos afectivos.

De los puntos anteriores, los que más preocupan en Panamá son los de la salud y la economía. Los dos muy ligados. Si la persona tiene mala salud, va a necesitar gastar en servicios médicos lo que podría invertir en otros aspectos.

Los aprietos económicos de la población mayor quedaron expuestos esta semana, cuando en un solo día 11 mil adultos mayores se inscribieron, en largas filas, en el programa de ayuda social del Gobierno que otorgará 100 dólares mensuales a los mayores de 70 años no jubilados.

Oportunidades. “Hay que jubilar a la gente para darle trabajo a los jóvenes”, está idea tan generalizada le parece al doctor Morales simplista.
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El trazarse metas es una costumbre que se cultiva desde la juventud y que se debe mantener aún después del retiro.

El remedio para el desempleo de un grupo no puede ser dejar sin ninguna opción a otro.
Aboga el doctor por una política de Estado que mejore las oportunidades para que las personas puedan elegir. Que quien quiera trabajar, lo haga; el que quiera estudiar, también lo haga.

Con una política de Estado para los adultos mayores se tomaría en cuenta que la saturación en los servicios de salud pública, como la Caja de Seguro Social y el Ministerio de Salud, podría ser contenida si a través de la prevención se lograra que las personas llegaran más sanas a la edad adulta.

Para 2030 Panamá tendrá igual cantidad de menores de 15 años que de mayores de 60 y más.

Vivir, no durar. Para los investigadores que llevaron a cabo el estudio de Chicago, no está clara la relación causa y efecto entre tener propósitos y la longevidad.

Lo que sí apunta el estudio, es que las personas se sienten más satisfechas cuando en este mundo, más que durar por muchos años, logran vivir, disfrutar de su vida. En medio de una vida moderna tan ajetreada hay que hacer tiempo para siempre tener metas propias. La vida no puede ser solo de la casa al trabajo, y del trabajo a la casa, ni se puede esperar a que llegue el momento de la jubilación para hacer todo aquello que siempre se quiso hacer si se tenía un tiempo libre.

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